Bajan en apariencia tranquilas las aguas del Río Odra, aquí en la frontera entre Polonia y Alemania, pero uno percibe la verdadera velocidad de la corriente cuando algún pato se deja llevar por la misma. Entre los abundantes azulones, presentes todo el año, distingo algunas especies que han comenzado a llegar con la migración. Observo porrones bastardos y especulados, así como media docena de serretas grandes. Anteayer sólo observé una pareja de ellas; quizá estén llegando por oleadas. Por el contrario, otras especies se han marchado, como los ansares comunes y las grullas, tan abundantes esta primavera. El frío empieza a ser intenso y me adentro en una zona de bosque. Al salir de ella, sorprendo a una pareja de corzos que pasta sobre los primeros brotes de un prado de cereal. Al detectarme, huyen a la carrera. Pocas veces he salido por los alrededores de Slubice sin ver al menos un par de corzos. Son muy abundantes en Europa central y del Este. Este verano pudimos observar la ladra del corzo en todo su esplendor desde las torres de los cazadores.
Ya en casa, caliente y cómodo, como quien no quiere la cosa y sin motivo aparente, inauguro este blog.
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1 comentario:
¡Qué suerte poder disfrutar de esos paisajes!
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