domingo, 26 de febrero de 2012

Sospechas de fraude sobre un investigador en sanidad de fauna silvestre

Se rumoreaba en los mentideros, y finalmente se ha hecho público. El CSIC está investigando si un veterinario que actualmente trabaja en la Estación Biológica de Doñana inventó datos para obtener resultados más llamativos (noticias completas aquí o aquí). Si se confirman las sospechas y se tuviesen que retirar algunos de sus artículos (una búsqueda rápida en Pubmed revela que tiene 6 PLoS One, 1 Science y un par de Proceedings, entre otras cosas), sería un duro golpe para la ciencia española y más en concreto para nuestra joven profesión, que ya tendría su propio Hwang Woo-Suk. Bastante difícil es conseguir financiación como para acarrear semejante mancha en el expediente de nuestra especialidad.

Recordemos que las publicaciones no son meras muescas en los revólveres de los investigadores. Es la manera en que la comunidad científica dice "este estudio es veraz, lo que se dice es ya parte de la ciencia". Y a partir de esos artículos, que pueden ser falsos, otros investigadores podrían haber basado unas hipótesis de trabajo, e incluso el sistema científico podría haber desviado fondos hacia esas líneas de investigación, en detrimento de otras, por su supuesta relevancia. Ahora, los artículos se pueden retirar de las revistas, pero lo que supusieron mientras estuvieron publicadas no tiene enmienda. Hablando en plata, es un lío morrocotudo.

Por último, no quiero desviar la culpa, si se confirman los hechos, del autor material del fraude. Sin embargo hago otra lectura de los hechos. Las enfermedades de la fauna. y más en concreto su papel como reservorio de zoonosis, es un jugoso filón al que muchos investigadores, cuya área de conocimiento era otra completamente distinta, se quieren aferrar para obtener fondos y publicaciones. Si los responsables de este investigador hubiese sido gente con conocimientos en la especialidad, quizá la supervisión de sus trabajos habría sido otra distinta.

jueves, 16 de febrero de 2012

Colaboraciones arriesgadas

Esto de las colaboraciones bienintencionadas es tarea un tanto arriesgada, una especie de cita a ciegas en la que te tienes que fiar del tipo al que le envías muestras, con quien te pusiste en contacto en base a recomendaciones o que vino a ti y te pareció, tras medlinearlo o googlescholarlo, que era de garantías.
Cuento esto porque recientemente nos han aceptado a una amiga y un servidor un articulín cuyas muestras dieron unas vueltas por el mundo antes de poder ser analizadas por la susodicha amiga.
Todo comienza cuando un investigador inglés le solicitó a un ecólogo compañero mío muestras de un parásito del lince ibérico de la especie Ancylostoma tubaeforme, un gusano redondo bastante patogéncio que habíamos recuperado en la necropsia de uno de los linces, para realizar estudios moleculares con el mismo.

Esta es la boca de A. tubaeforme. Con esos ganchos se agarra a la mucosa intestinal, causando bastante pérdida de sangre. Foto obtenida de la página de Bayer.

Este ecólogo me trasladó a mí la solicitud, y, tras comprobar que trabajaba en una Universidad de cierto prestigio (aunque en un departamento de Educación, curiosamente), y tenía algunsos artículos serios sobre el tema, yo quedé en enviarle gustosamente los parásitos. Los dos estábamos interesados en saber si los parásitos encontrados en gatos de la misma zona pertenecían no sólo a la misma especie (se identifican al microscopio), sino a un mismo "clan" dentro de la especie (para lo cual son necesarios estudios genéticos).

Gusanos redondos, o nematodos, de un gato. Los pequeñitos situados a las 7 pertenecen a Ancylostoma tubaforme. Foto (desenfocada) propia.

El último mensaje que recibí de él fue en el que me confirmaba la recepción del paquete con las muestras. Eso fue en septiembre de 2006. No me contestó a ningún subsiguiente email hasta que, en febrero de 2009, entré en la web de su Universidad. Allí busqué el email de su jefe de departamento, y le volví a escribir con copia al mismo. ¡Oh sorpresa! A las dos semanas me contestaba pidiéndome excusas y solicitando una dirección donde devolver los parásitos, con los que no había llegado a hacer nada. Esta respuesta tenía copia a su propia Decana, lo que parecía indicar que le habían tirado bien de las orejas. La cosa no acabó allí porque para septiembre todavía no me había enviado las muestras, y desde su Universidad me dijeron que se había trasladado a Noruega, y no contestaba a sus emails. Allí di las muestras por perdidas pero a finales de mes, el investigador me escribió para decirme que me las había enviado. Las muestras llegaron 3 años después de haberse ido, y al abrir el paquete comprobé que ni siquiera había abierto los tubos con los parásitos en alcohol.
Un tiempo después convine con una amiga con experiencia en ecología molecular de parásitos intentar realizar el estudio, para lo cual las muestras volaron a Nueva Zelanda con ella, y finalmente pudimos demostrar nuestra hipótesis, y es que encontramos que un gato muerto a 10 km del lince parasitado tenía Ancylostoma del mismo haplotipo que los del lince. Esto era necesario para demostrar que los gatos actúan de reservorio de este parásito en la zona de Doñana*. Pensé en enviarle una copia al inglés, pero me pareció meter el dedo en la llaga...

Trabajando con el lince también envié otro tipo de muestras a una investigadora española que, tras enviarme unos resultados preliminares, nunca más me contestó. Como las muestras no eran tan valiosas no le di mucha importancia, aunque de vez en cuando hacía una búsqueda rápida por si intentaba publicar algo sin contar con nosotros.

Recientemente me ha sucedido algo similiar al caso del Ancylostoma. Hace más de un año que envié unas muestras a un tipo que no me contestaba, aunque colabora habitualmente con gente de mi departamento. La semana pasada le escribí con copia a mi jefe de dpto., y hoy mismo me ha contestado amistosamente...

Creo que voy a empezar a remitir, como hacen en centros de investigación serios, acuerdos de colaboración firmados antes de enviar nada...

*Millán & Blasco-Costa (en prensa) Molecular evidence of shared hookworm Ancylostoma tubaeforme haplotypes between the critically endangered Iberian lynx and sympatric domestic cats. Veterinary Parasitology.
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