Se rumoreaba en los mentideros, y finalmente se ha hecho público. El CSIC está investigando si un veterinario que actualmente trabaja en la Estación Biológica de Doñana inventó datos para obtener resultados más llamativos (noticias completas aquí o aquí). Si se confirman las sospechas y se tuviesen que retirar algunos de sus artículos (una búsqueda rápida en Pubmed revela que tiene 6 PLoS One, 1 Science y un par de Proceedings, entre otras cosas), sería un duro golpe para la ciencia española y más en concreto para nuestra joven profesión, que ya tendría su propio Hwang Woo-Suk. Bastante difícil es conseguir financiación como para acarrear semejante mancha en el expediente de nuestra especialidad.
Recordemos que las publicaciones no son meras muescas en los revólveres de los investigadores. Es la manera en que la comunidad científica dice "este estudio es veraz, lo que se dice es ya parte de la ciencia". Y a partir de esos artículos, que pueden ser falsos, otros investigadores podrían haber basado unas hipótesis de trabajo, e incluso el sistema científico podría haber desviado fondos hacia esas líneas de investigación, en detrimento de otras, por su supuesta relevancia. Ahora, los artículos se pueden retirar de las revistas, pero lo que supusieron mientras estuvieron publicadas no tiene enmienda. Hablando en plata, es un lío morrocotudo.
Por último, no quiero desviar la culpa, si se confirman los hechos, del autor material del fraude. Sin embargo hago otra lectura de los hechos. Las enfermedades de la fauna. y más en concreto su papel como reservorio de zoonosis, es un jugoso filón al que muchos investigadores, cuya área de conocimiento era otra completamente distinta, se quieren aferrar para obtener fondos y publicaciones. Si los responsables de este investigador hubiese sido gente con conocimientos en la especialidad, quizá la supervisión de sus trabajos habría sido otra distinta.
Recordemos que las publicaciones no son meras muescas en los revólveres de los investigadores. Es la manera en que la comunidad científica dice "este estudio es veraz, lo que se dice es ya parte de la ciencia". Y a partir de esos artículos, que pueden ser falsos, otros investigadores podrían haber basado unas hipótesis de trabajo, e incluso el sistema científico podría haber desviado fondos hacia esas líneas de investigación, en detrimento de otras, por su supuesta relevancia. Ahora, los artículos se pueden retirar de las revistas, pero lo que supusieron mientras estuvieron publicadas no tiene enmienda. Hablando en plata, es un lío morrocotudo.
Por último, no quiero desviar la culpa, si se confirman los hechos, del autor material del fraude. Sin embargo hago otra lectura de los hechos. Las enfermedades de la fauna. y más en concreto su papel como reservorio de zoonosis, es un jugoso filón al que muchos investigadores, cuya área de conocimiento era otra completamente distinta, se quieren aferrar para obtener fondos y publicaciones. Si los responsables de este investigador hubiese sido gente con conocimientos en la especialidad, quizá la supervisión de sus trabajos habría sido otra distinta.