miércoles, 21 de noviembre de 2007

De alimañas y vermes (I)

En 2002 publicamos bajo el título “¿Incrementan los helmintos la vulnerabilidad de los faisanes a la predación por zorros?” un trabajo original de investigación en la revista inglesa Journal of Helminthology. Resumo aquí dicho estudio y sus principales conclusiones.

La metodología del estudio fue sencilla: se liberaron al medio natural unos 60 faisanes criados en una granja Asturiana (algo frecuente en los cotos de caza de esa región) y se estudió su supervivencia mediante la técnica del radio-seguimiento (radio-tracking en inglés). Dicha técnica consiste en colocar al animal un emisor de radio que permite localizarlo siempre que se desee. Además, los emisores utilizados en este caso estaban dotados de un sensor de mortalidad. Dicho sensor se activa cuando el animal no se ha movido en 12 horas (por lo que se supone que ha de estar muerto), cambiando la frecuencia de emisión.
A los faisanes estudiados se les hizo además, antes de su liberación, una prueba para detectar sin se hallaban parasitados por vermes gastro-intestinales, lo que reveló que parte de ellos hospedaban parásitos y otros no.
Una vez liberados, se localizaron diariamente y, si algún emisor indicaba que el faisán había muerto, era buscado inmediatamente con el fin de determinar la causa de su muerte. Una vez hallado el cadáver, se observaba la disposición del mismo, las marcas en sus plumas y musculatura, la presencia a su alrededor de excrementos o plumas que delataran al predador y cualquier otro signo para la identificación del mismo. Por ejemplo, los zorros suelen enterrar sus presas. Por su parte, las rapaces desplumas las presas a tirones con su pico, lo que las diferencia de los carnívoros, que arrancan las plumas a mordiscos.
Los resultados fueron espectaculares: el 98% de los faisanes había muerto antes de 12 días. La causa de muerte fue atribuible a la predación en un 80% de los casos; el zorro fue responsable de 70% de ellas.
Sin embargo, los resultados más interesantes se relacionaron con la supervivencia y causa de muerte de los faisanes en función de si estaban o no parasitados: los faisanes parasitados sobrevivieron significativamente menos y fueron predados por zorro con mayor frecuencia que los faisanes sin parásitos. Sin embargo, no se pudo relacionar la presencia de parásitos con una menor condición física del faisán antes de la suelta. Esto es, el parásito no parecía perjudicar en principio al ave.
Que un animal enfermo es un objetivo más fácil para un predador es un hecho bien conocido. Sin embargo, existen pocos estudios que lo demuestren científicamente que la presencia subclínica (esto es, sin síntomas) de un patógeno afecte a la supervivencia de un animal. ¿De qué manera puede afectar la presencia de los parásitos al hospedador de los mismos? Por ejemplo, Hudson y colaboradores observaron que lagópodos escoceses (Lagopus scoticus, un ave de caza de la familia del urogallo) parasitados eran detectados por perros adiestrados con mayor facilidad que los no parasitados. Estos autores proponían que los excrementos de las aves parasitadas tenían un olor más fuerte y por tanto facilitaba el trabajo de los perros, que en este caso representaban el papel de predador.
Otros parásitos alteran el comportamiento de su hospedador para que éste sea más vulnerable y lo devore un predador, con lo que dicho parásito puede cerrar su ciclo vital.
Sin embargo, ninguna de estas dos teorías era aplicable en nuestro estudio: el parásito de los faisanes se hospeda en el buche (por lo que difícilmente puede influir en el olor de los excrementos) y además es de ciclo directo (por lo que no necesita que el faisán sea devorado por un predador). La hipótesis que propusimos fue la siguiente: el faisán suele pasar la mayor parte del tiempo subido a las ramas de los árboles, donde se halla más seguro, descendiendo a los campos para alimentarse. Pues bien, quizá el parásito compita por el alimento ingerido con el faisán, haciendo que éste deba pasar más tiempo en el suelo, donde es muy vulnerable al ataque del zorro. Esto explicaría la menor supervivencia y la mayor tasa de predación por zorro de los faisanes parasitados.

Si alguien desea una copia del artículo original puede pedírmela mediante correo electrónico a alimanasyvermes@gmail.com

Millán, J., Gortazar, C., Tizzani, P., and Buenestado, F.J. 2002. Do helminths increase the vulnerability of released pheasants to fox predation? Journal of Helminthology 76:225-229.

1 comentario:

Sr.Belizón dijo...

Me ha gustado mucho el resumen de la publicación!!!

también yo he trabajado con parásitos pero en mi caso han sido con peces y parásitos protozoos (Amyloodiniun Y Cryptocarion).

En mi tesina de master, también correlacionábamos supervivencia y carga parasitaria.

Saludos

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