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Edito: como me esperaba, la entrada ha dado lugar a malinterpretaciones. Intentaré aclarar el punto central de mi planteamiento.
En primer lugar, no estamos ante una cuestión social. Hoy en día estudiar una carrera no es únicamente posible para gente con recursos económicos. He tenido compañeros de carrera cuyos padres eran bien humildes y ahora tienen puestos de responsabilidad en importantes empresas alimentarias, y por el contrario compañeros de colegio con padres millonarios que no acabaron el BUP por vagos y zoquetes.
Yo lo que creo es que en esta vida vamos optando: puedo dejar de estudiar con 15 años porque creo que en el instituto pierdo el tiempo y ponerme a trabajar. Es mi opción. Puedo querer acabar el bachillerato y no ir más allá, porque creo que ya tengo una formación general, pero quiero empezar a ganar dinero. Es otra opción. Hay quienes quieren tener cierta profesión para ejercer la cual hay que tener un título de formación profesional o universitario. Cuando lo consiguen, tienen suficiente. Los hay que le cogen gusto y además quieren hacer una tesis y renunciar a cotizar a Hacienda hasta los 30, y de casa propia ni hablamos. Son todas opciones vitales igualmente válidas.
Pero luego sucede que el masajista se cree fisioterapeuta (he sido testigo); el farmacéutico se considera médico y diagnostica a ojo a un niño con erupciones (he sido testigo); el vendedor de productos ganaderos se cree veterinario y te dice con qué tratar el ganado (he sido testigo); el licenciado se llama a sí mismo doctor (he sido testigo); etc.
Y no hablo de una simple cuestión de intrusismo. Es algo más, es ese sentimiento de que yo sé lo mismo que aquél tonto que se ha pegado un montón de años estudiando.
(He retirado la foto porque parece que resultó ofensiva)